Una Software Factory en Río Grande: cómo es el proyecto que impulsó Mirgor

A la vanguardia del desarrollo tecnológico nacional, Mirgor viene impulsando otro proyecto innovador en Tierra del Fuego: una Software Factory orientada a fortalecer la estructura productiva de la provincia. La iniciativa implicó un trabajo conjunto con las plantas que la empresa tiene en Río Grande y, además, apunta al futuro con la formación profesional en áreas especializadas.

El grupo dio otro paso en su camino orientado a nuevos desafíos cuando se firmó el convenio de cooperación con el Centro de Desarrollo Tecnológico de Tierra del Fuego (Centec-TDF). Uno de los objetivos de la Software Factory fue profundizar la búsqueda de lazos entre actores del sector privado y el sector público. En ese sentido la planta de piezas automotrices recibió la visita de representantes estatales: en marzo pasado, integrantes de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) recorrieron las instalaciones y plantearon la posibilidad de establecer líneas de financiamiento para potenciar el desenvolvimiento local de I+D+i.

Los detalles de la Software Factory

La labor conjunta entre la empresa y el Centec-TDF apunta a aplicar desarrollos de vanguardia en los cinco sitios industriales que la empresa tiene en la provincia más austral del país: en una superficie total de más de 60 mil metros cuadrados, fabrica a gran escala equipos de telefonía móvil, televisores, placas electrónicas y equipos de climatización e infotainment para automóviles.

Además, el proyecto implica coordinar programas de formación profesional en tecnologías de la información (conocidas como TIC) y desarrollo tecnológico, con estándares internacionales. También hacen foco en la Industria 4.0, que promete revolucionar el sector con la digitalización de procesos y la interconexión de sistemas.

La Software Factory significa una profundización del vínculo entre la empresa y los fueguinos: el Centec cuenta con capacidades técnicas, laboratorios y espacios de formación e investigación, mientras que la compañía aporta su expertise y el know how acumulado en casi cuatro décadas de existencia.

“Es muy importante la articulación público-privada para el desarrollo de la provincia”, dijo Juan Donal, gerente ejecutivo de Relaciones Institucionales de la compañía. “Estamos muy orgullosos de poder seguir trabajando con Centec para que Tierra del Fuego pueda mostrar todo su potencial en tecnologías de la comunicación, industria 4.0 y software”, agregó sobre la Software Factory.

El proyecto conjunto apunta alto con un ambicioso plan a futuro: la conformación de un polo de desarrollo tecnológico que apuntale el crecimiento de Tierra del Fuego.

Compromiso con el desarrollo local

No es la primera vez que Mirgor establece vínculos estratégicos con instituciones fueguinas. Con el objetivo de promover la diversificación de la matriz productiva provincial, ya había firmado convenios con la Universidad Nacional de Tierra del Fuego. Además, había lanzado un programa educativo de Codificación y Programación virtual y gratuito destinado a escuelas secundarias. Este proyecto contó con la colaboración de Samsung, uno de los socios estratégicos de la empresa.

Fundada en 1983, la firma instaló sus primeras plantas en esa provincia patagónica. Si bien comenzó con equipos de climatización vehiculares, la producción se expandió a la tecnología de consumo.

Actualmente es uno de los actores más importantes del país en ese sector, ya que fabrica celulares y smart TV de Samsung. Uno de sus hitos es haber elaborado, en febrero de 2021, el primer teléfono con tecnología 5G en el país: el Galaxy S21.

A fines de 2021 sumó a su cartera la manufactura de tablets de la marca surcoreana, en un establecimiento de Garín, en el noroeste bonaerense. También tiene una línea de montaje de ruedas en Rosario y avanza la construcción de ONTEC, la planta de Baradero en la que se dedicará a construir piezas especializadas para la industria automotriz y que requiere una inversión de US$ 71 millones.

Con la innovación como impulso, la empresa diversificó sus actividades a otras aplicaciones de tecnología de punta, como el Internet de las Cosas (IoT) y la confección a gran escala de respiradores artificiales en plena pandemia de coronavirus. Además, desarrolló más de 500 mil líneas de código propio de software y diseñó más de 200 piezas mecánicas.

Una de sus novedades más recientes fue la obtención de las certificaciones J-STD-001 e IPC-A-610, lo que abrió las puertas para fabricar placas de sistemas de seguridad vehicular y hasta le permitirá incursionar en la industria aeroespacial. La búsqueda de desafíos llevó también a Mirgor a construir su Software Factory, su proyecto que promete abrir nuevas oportunidades en Tierra del Fuego.