Un récord junto a Leistung: 1800 respiradores en 5 meses
Mirgor y la pyme cordobesa combinaron sus estructuras productivas para fabricar a contrarreloj cientos de dispositivos de ventilación pulmonar, muchos de los cuales fueron distribuidos en el sistema público de salud.
La pandemia de coronavirus amenazó con colapsar el sistema de salud en todo el mundo, sobre todo en los primeros meses de 2020, por lo que gobiernos y el sector privado debieron articular medidas drásticas y aportar soluciones de manera urgente. Así como el aislamiento fue la mejor receta que encontraron en el ámbito público para combatir los contagios, en esos largos días de cuarentena hubo empresas que se aliaron para dotar a las unidades de terapia intensiva de clínicas y hospitales con respiradores artificiales. En la Argentina, nadie lo hizo con tanta efectividad ni tan rápido como Grupo Mirgor y Leistung: juntas, estas dos empresas fabricaron 1.800 dispositivos en apenas cinco meses.
Mirgor-Leistung, una alianza que dio sus frutos
Mientras millones de personas permanecían encerradas en sus casas para evitar contagiarse de Covid-19, Mirgor y Leistung afinaban los detalles de un acuerdo estratégico con un perfil humanitario. De hecho, según aseguran desde el fabricante de productos electrónicos con sede en Tierra del Fuego, ese proyecto no le dio ningún rédito económico. La alianza consistió, básicamente, en unir las estructuras productivas y el know how de ambas firmas para aumentar considerablemente el ritmo de fabricación de respiradores artificiales.
El tiempo apremiaba y las instalaciones médicas del país requerían mayores recursos para enfrentar a la pandemia. Leistung, una pyme cordobesa dedicada a la elaboración de equipos de ventilación pulmonar, producía alrededor de 30 dispositivos mensuales antes de la crisis sanitaria. Ese número, por supuesto, no hubiera sido suficiente para asistir al sistema de salud. Allí fue donde entraron en juego la tecnología y las plantas industriales de Mirgor en Tierra del Fuego, gracias a las cuales se pudo conformar una línea de producción capaz de fabricar hasta 1.200 respiradores.
Un despliegue de esa magnitud requirió muchos recursos humanos. En total se emplearon más de 120 operarios, divididos en dos turnos de trabajo, y se compraron materiales a más de 70 proveedores nacionales e internacionales. Todo el proceso duró aproximadamente cinco meses, y en ese tiempo lograron fabricar 1.800 equipos, una cifra nunca antes vista en la industria de insumos de salud.
El primer receptor fue el Ministerio de Salud de la Nación, que se quedó con la primera partida de 1.100 respiradores. Los restantes se exportaron a Brasil, Bolivia, Perú, Colombia y El Salvador. De hecho, los primeros equipos de ventilación que recibieron bolivianos y peruanos durante la pandemia surgieron del trabajo conjunto de estas dos empresas.
El modelo elaborado fue el LUFT 3 AP, aprobado por Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) e inscripto en el Registro Nacional de Productores y Productos de Tecnología Médica (RPPTM). Este dispositivo cuenta con un módulo de mecánica ventilatoria con índice de estrés, un sistema de compensación automática de fugas y una batería que le otorga autonomía de seis horas. Es capaz de brindar una terapia de oxígeno de alto flujo, y su uso está recomendado tanto en pacientes pediátricos como en adultos.
Desde Mirgor resaltaron que este proyecto demostró que su sistema de gestión de la producción, sus conceptos industriales y los empleados “están a la altura de cualquier desafío”.
Mirgor, al frente de otro importante proyecto
Además de este respirador artificial, Grupo Mirgor se unió con Toyota y con el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) para desarrollar un novedoso soporte respiratorio de emergencia, diseñado con componentes de producción nacional y disponibles en el mercado, que se donó al Ejército Argentino para su fabricación. Los planos, protocolos y especificaciones técnicas fueron publicados bajo la modalidad Open Source para que cualquier empresa pueda desarrollarlo, con la única condición de que lo haga sin fines de lucro.